Aprendiendo a pedalear

                                               Aprendiendo a pedalear

Cuando yo tenía seis años, mis padres me regalaron una bicicleta roja con un timbre muy grande. 

Hasta ese entonces, yo solo había tenido triciclos porque las bicicletas eran para niños más grandes…

Mi hermano mayor y su amigo Andresito me enseñaron a montar. Me subieron a la bicicleta y entre los dos me aguantaron, luego me empujaron -corriendo junto a mí- y ¡pum! Me soltaron… 

-¡Dale a los pedales, dale!- gritaba mi hermano y yo me sentía como un cohete a punto de salir de la tierra, llena de estrellas fugaces saliendo por todas las partes de mi cuerpo. 

Recuerdo que me caí, pero solo después de haber avanzado un poco y de haberle dado a los pedales. 

Aquella tarde regresé a mi casa con rasponazos en las rodillas y jadeando feliz como el más alegre de todos los perros. 

….

¿Y tú? ¿Recuerdas la primera vez que aprendiste a montar bicicleta, triciclo, patineta o algún otro “vehículo”?

¿Quién te enseñó o ayudó a hacerlo?

¿Cómo llegó este “vehículo” a tu vida? ¿Cómo era?

"Mi bicicleta me ha llevado a lugares que la escuela nunca pudo." Frase que vi una vez en las calles de Seattle, Estados Unidos.

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